Entonces, ¿sabes lo que hice? pues no seguir ese camino, si no buscar otro alternativo.
Empecé a investigar más cosas como el por qué de cada técnica, cuando hay que aplicarla, cómo interpretar sus resultados, etc, y no tanto cual es su base matemática.
Rápido descubrí dos cosas, que empezaba a existir software que se ocupaba de toda la parte matemática y que tú como analista lo que tenías que saber era precisamente el resto de cosas que yo había estado investigando. El valor estaba en la parte práctica, no en la académica.
Y que además incluso el aprender a programar era mucho más fácil si sabías lo que quieres hacer: "a ver, quiero hacer esto, pero no sé como se hace en este lenguaje, pues busco esto concretamente en Google, y como estoy buscando algo concreto no me cuesta nada encontrar la solución"
Ese enfoque cambia totalmente el partido! cuando sabes lo que quieres hasta puedes incluso aprender a programar mucho más fácil de lo que pensabas.
Pero sabes lo mejor? Que justo ese enfoque funcional empezó a darme valor en mi empresa.
Siendo incluso Junior, cuando mi director iba a visitar a un cliente me llevaba con él a la reunión, y al salir me decía "vale Isaac, ya has escuchado lo que quiere el cliente, piensa el mejor planteamiento de proyecto y prepara una propuesta".
Y como mis planteamientos eran robustos e integraban perfectamente la parte técnica y lo que se quería desde negocio los proyectos se vendían!
Esto generaba mucho valor para la empresa y en 5 años pasé de Junior a Senior y después a Manager.
Yo era capaz de entender tanto lo que querían los clientes y los directores como el lenguaje de los técnicos y ese era mi valor. Y si alguna tarea ya era demasiado técnica para mi, la empresa incluso contrataba un técnico y lo ponía a mi servicio!